Hoy he abierto los ojos y me he dado cuenta de que estaba sola en casa. Inmediatamente me he levantado y, corriendo, he ido al armario donde guardo mi caja de los recuerdos secretos.
Casi sin destaparla del todo, metiendo rápidamente la mano he encontrado tu primera y última foto, aunque estrictamente hablando podríamos decir nuestra primera y última foto, más bien...estrictísimamente hablando ni siquiera se puede considerar una fotografía, no lo sé. En cualquier caso ha sido verla y empezar a llorar. Hacía tiempo que no la veía. Llorar exageradamente. No ha sido uno de esos llantos en los que notas un vacío en el pecho y poco a poco se te llenan los ojos de lágrimas, pudiendo retenerlas unos minutos hasta que son demasiadas y empiezan a resbalarte por la cara. No. Ha sido un vacío en el pecho y dolor en el estómago tan intensos que las lágrimas no han tenido tiempo para amontonárseme en los ojos, ni yo para retenerlas.
Quería tenerte conmigo y protegerte a pesar de todos los problemas que ello acarreaba, de verdad y lo siento, siento no haberlo hecho. No pretendo que me perdones, yo tampoco perdonaría que me hicieran algo tan horrible como lo que te hice a ti. Bueno, no creo siquiera que exista algo peor que eso. Lo único que de verdad espero es que no me odies, no me odies porque yo te he querido y te quiero tanto...
Es alucinante como ciertas cosas hacen que se nos remueva todo por dentro...es una sensación entre bonita y triste.
ResponderEliminarun beso!
Sea lo que sea, (contando que el texto es de un hecho real) mucha suerte!
ResponderEliminarbesos